Hay miradas de todo tipo: miradas que matan; miradas que enamoran; miradas curiosas, indecisas, inocentes,descaradas...
Miradas que se escapan donde no se debe mirar y miradas que sucumben a otra mirada.
Ella era una chica que al principio no creía en nada, no esperaba nada
de nadie, dejo de ilusionarse, vivía al día y a la noche, dejándose sorprender,
era un hada alada y no pedía nada, más que vivir libre y con una sonrisa
siempre en la boca.
Hasta
que los labios de él la rozaron.
Él era
otro chico libre, del rollo, con una historia detrás que le hacía misterioso.
El chico era muy observador y una noche en la chica cantando se fijó. Él vio en
ella algo que le hizo cambiar sus planes.
Ambos
andaban sin buscarse pero a sabiendas de que andaban para encontrarse.
Estudiaban más por verse que por vocación. Compartian las mañanas y las tardes,
se hicieron uña y carne, sus pieles se necesitaban y con el primer contacto
saltaron chispas. El foco de calor empezó a crecer. El frío invierno se
empeñaba en separarles y ellos se empeñaban en iluminar la ciudad desde una
habitación. Dandose abrazos y besos, empezaron a vivir en una canción.
‘Can’t
stop’ era esa canción que mejor definiría su mundo que no podía parar de girar. Y ya
podía pararse el mundo que ellos seguirían bailando, besando, volando juntos, queriéndose libres..
Una
racha de viento nos visitó y al árbol ni una rama se le agitó. Eso somos, una llama que por más que llueva no se apaga, que por muchos muros que se
construyan sigue teniendo las vistas más bonitas de la ciudad. Te
olvidas de poner en el suelo los pies y, te sientes mejor. Y vuelas, con el viento, con el otoño, el invierno y todas las estaciones que se
presenten en tu ventana. Y descubres un mundo mejor, alejado del ruido,
viviendo en diferido sin ser ni oir. Solo vuelas. Cuando te mira. Y qué forma
de mirar. Cuando su piel te roza. Y qué forma de perder las maneras, y qué
manera de perder las formas.
Y empiezas
a pensar que no hay un día en que no quieras verle, y es que ya le has visto
por dentro, y todavía brilla más. Y él se ha perdido en la curvatura infinita
de tu cintura una noche entera. Y quieres volver a dejar que se pierda, para
encontraros juntos. Y llegan los abrazos que te hacen preso, y libre. Abrazos
de juntar las alas y despegar los pies del suelo, de decir te quiero con la
mirada, de entenderse sin hablarse, de tenerse sin atarse. El arte de ser
nosotros mismos. Ese arte de mirarte y
adivinarte. De completarse sin
entorpecerse. De odiarse hasta que duela
y de besarse hasta que cure.
La clave para ser feliz es volar y querer(te), y es compatible.
Y es
que quererte a ti es lo más parecido que tengo para quererme a mi, es hacerme
inmortal bailando un te quiero agarrada como un koala de tu espalda. Es taparme
con tu cuerpo y mandar a la mierda las sábanas. Quererte es morir en el
infierno con sobredosis de sexo y resucitar en el mismo cielo la mañana
siguiente. Es saltar a una piscina llena de futuro sin miedo a guerras con el
pasado. Es abrirme de piernas y follarte el corazón entero. Es que los dos
seamos uno sin miedo a quedarnos solos. Es navegar encima de tus ojos
ahogándome en tus pestañas mientras te salvo de las madrugadas. No se hacer
otra cosa que quererte, porque queriéndote se me hace la vida más vida, y la
muerte menos muerte.
Ella renace. Cada día que sale el sol, ella comienza a
brillar, haciéndole competencia a cualquier amanecer que entra por la
ventana. Es luz que va llenando cada
espacio hueco que se va encontrando. Le falta pista de baile para bailar su
canción favorita. Tiene unas alas tan de puta madre que le da igual tener los
brazos escayolados para seguir bailando. Ella puede llegar a ser ese puto único
motivo para seguir viva y a la mierda con la autodestrucción. Está hecha de un
material tan especial que te cambia la vida cuando la tocas. Está rematadamente
loca, ten cuidado pues te contagiará la fuerza, el coraje, las ganas de luchar
y el poder vivir por fin, sin miedo. Ella no tiene planes, ni leyes ella es
puro caos, es una canción de Extremoduro poniendo banda sonora a tu vida. Está
hecha de colores, y el que mejor la representa es el violeta, vaya, el de la
lucha. Porque no importa la de piedras que encuentre en su camino
encontrará la forma de llegar a donde quiere.
Ella me hace sonreír, incluso cuando no toca. Y cuando toca, toca rugir y
celebrarlo a carcajadas.
Y ojalá hoy estuviera aquí, o yo allí, como hace un año. Y poder abrazarla de nuevo, como si fuera la
primera vez. Porque no os imagináis la de reencuentros que hemos vivido en las
estaciones, los abrazos que nos han partido y a la vez nos han hecho ser un
solo foco de felicidad plena. La de gritos que hemos pegado al mundo cuando nos
olvidábamos de él, y solo existía la locura, esa que recorre cada centímetro de
nuestro cuerpo cuando estamos juntas, y se adueña de nosotras y nos pone mil
sonrisas en la cara. Si reírse te da años de vida, a mi me has hecho inmortal
Violeta.
Conocerte ha sido conocer un modo de vida, uno en el que da
igual la hora, el lugar… haces cada momento especial, porque tú eres especial,
recuérdalo.
Hoy es tu cumple, y en cada cumpleaños se renace un poquito,
asi que hazte grande, porque el corazón que tienes necesita cada vez más
espacio en esa caja torácica que tienes como caja de música, no dejes de darle
cuerda, sin atarla.
Sobra decir que cumplas muchos más, conmigo, contigo; hasta
hacernos viejas.