lunes, 19 de mayo de 2014

La culpa fue de la cerveza.

Los besos de ciertas bocas saben mejor, y ya estás tu para demostrármelo.  A veces la vida es menos puta y te deja en los brazos de alguien más guapo, más fuerte y más golfo que el anterior.
Por eso hasta que no venga alguien nuevo voy a seguir pensando en ti, soñando contigo, escribiéndote, pero esperándote, esperándote no, eso siempre me ha parecido de feas.
Y no quiero que venga nadie, porque duele cada boca que viene aquí a ensuciar tus besos;
los tuyos, imbécil, que ahora ya sabes dónde dármelos preciosos, en la avenida de la estrella polar, en el puerto donde las sirenas salen del mar (para beberse un par de cervezas), donde los piratas se olvidan por una noche de su mala pata, de su vida triste con una calada.
Pero estás tardando,
tú, que vas de chulo y no sabes que eso me pone cachonda;
yo, que me muero por morder tus labios,
tú, que me matas cada vez que fumas y no es de mi boca,
yo, que me juego el tipo mirándote a los ojos, y me baño desnuda en ellos;
tú, que me miras mientras juego a encontrar tú puto punto débil de una puta vez y usarlo para ver si de vez en cuando te enamoras locamente de esta loca.

Y perdoname estas ganas de versarte y besarte, pero ''esta es nuestra primera cita y yo ya llevo unas tres cervezas. 
Soy esa sirena de las piernas largas y en ese puerto me encontré con un corazón pirata, un adicto fumador, que se lleva de noche muy bien con los ojos de gata, y ya no necesito más cervezas porque en mi cabeza solo se oye:
''Acércate hazme reír y empótrame a la vez, muérdeme el cuello, súbeme la falda y vamos a bailar, aqui mismo, que lo vea todo el bar, despierta mi instinto animal, que soy la mujer más libre que no conozco y ahora quiero ser tuya, que me da igual lo que la primavera haga con los cerezos, yo lo que quiero contigo es follar, y me da igual la estación del año. Ilumíname que yo pago la factura, y los destrozos''
Y se se acaba el día, te quedas con toda la luz del sol, aparece la luna, sube la marea y se lo lleva todo.
Menos la música.
La única que siempre está ahí, para recordarnos que somos todo lo que cada noche he soñado contigo.
Joder, hasta ella sienta mejor contigo, de tu boca a mi oido.

Pero me despierto al día siguiente, cuando ya ha acabado la fiesta de tu boca, y aún  me dura la resaca, hasta hoy, pero la culpa fue de la cerveza.




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