miércoles, 30 de septiembre de 2015

Pequeña gran revolución.

Tu ferocidad me ha dejado huella,
y de que forma mas salvaje y libre
corre ahora el amor por mis venas.
Siempre volarás conmigo,
de mi mano,
pequeña gran revolución.
Porque tu me enseñaste
como usar mis alas,
me diste la felicidad y la paz
que necesitaba
con cada beso sincero,
y ahora mis ojos se llenan de luz
cuando te miro de cerca.
Cada noche de verano a tu lado
iluminaba tu sonrisa mi cielo,
y cumpliste cada estrella fugaz,
haciendo mis deseos realidad.
Sabes que Salamanca te quiere,
pero no tanto como yo,
que te busco en cada rincon
donde marcaste un antes y un despues
en mi ciudad.
En el parque de San Francisco
donde empezaron
a buscarse nuestras bocas
y despues en septiembre
nos emborrachabamos
con miradas.
Por su cuesta,
que tanto nos costaba caminar
de madrugada,
tu llevandome a caballito
o de la cintura,
parandonos para abrazarnos.
En el rio
donde tantos atardeceres
ha llevado su corriente,
donde nos alegramos
el lunes de aguas,
ahora nos despeinamos
la rutina del pelo
con un par de canciones de los redhot
mientras me hago veterana de tu cuello.
La teteria de la esquina de tu calle,
con mesa para dos,
zumo para dos,
tarta de queso para dos.
Porque la vida esta diseñada para compartirla.
Contigo.
El sabado italiano en familia.
Las palomitas y las pelis en tu cama.
Los libros que adornan tu estanteria,
la poesia que mata
cuando no la leemos en braile
por nuestros cuerpos.
Al final del dia
y al principio
estás tú,
la pieza del puzzle que encaja.
Y que es unica.
Irremplazable.
Eterna.
Como tu
corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario